Huilo Huilo nació desde la admiración del amor profundo por el territorio

por | Sep 28, 2020 | Nuevas Miradas

Contenido de El Mercurio en colaboración con Espacio Mutuo

Como un proyecto familiar y con el desafío de proteger el patrimonio, Víctor Petermann e Ivonne Reifschneider crearon en 1999 la Reserva Biológica Huilo Huilo, un área natural protegida que se ubica en medio de Los Andes Patagónicos en la zona de Neltume, Región de Los Ríos.

Unos años después y tras varias expediciones que realizaron con personas con conocimientos de la naturaleza, científicos y otras disciplinas relacionadas para reconocer el valor del territorio, decidieron crear en 2004 la Fundación Huilo Huilo, con el objetivo de conservar este patrimonio, integrando a las comunidades cercanas e incentivando también el desarrollo de un futuro sustentable.

“Desde sus inicios Huilo Huilo nos cautivó y me atrevo a decir que lo mismo pasa hoy con quien tiene la oportunidad de recorrer estos maravillosos paisajes, conocer a su gente y sentirse inmerso en esta exuberante selva de Los Andes Patagónicos. Por eso, para mí la reserva Huilo Huilo nació desde la admiración del amor profundo por el territorio. Este sentimiento lo comparten los habitantes locales y los visitantes que vienen año a año cada vez más”, dice Ivonne Reifschneider, fundadora y presidenta de la Fundación Huilo-Huilo, quien agrega que en estos 16 años de funcionamiento como fundación han desarrollado múltiples actividades científicas, de conservación, restauración y protección de la naturaleza y de los ecosistemas del bosque nativo, “lo que incluye nuestro emblemático y exitoso proyecto de reproducción y reintroducción del huemul del sur en cautiverio

En otros aspectos, hemos apoyado constantemente el desarrollo educacional, cultural, social y económico de los habitantes de los sectores aledaños a través de la realización de talleres de oficio y emprendimientos, diversos festivales culturales y actividades afines, para promover el turismo que sustente el desarrollo del lugar, protegiendo a la naturaleza y su conservación”, afirma.

Hoy, cuenta Ivonne, la reserva está enfocada al turismo sostenible, la conservación y el trabajo con la cultura local, y agrega que la fundación para no sufrir tan fuertemente los efectos de la pandemia, tuvo que reinventarse y crearon el sitio de comercio online “Tienda del Bosque”, donde se venden distintos productos como libros, juegos didácticos, artesanías, entre otros. Esto los ayuda a mantener los proyectos de conservación y, al mismo tiempo, a difundir y educar sobre este patrimonio local. Además, dice que ya abrieron de manera gradual el pasado 12 de septiembre y que siguen trabajando para ampliar sus proyectos de fauna con el huemul, guanaco, Ranita de Darwin, entre otros, lo que les permitirá ir restaurando el ecosistema del bosque. Además, indica que están creando una escuela de montaña que empezará a realizar cursos que permitan certificarse en acciones de conservación y turismo sustentable.

Impacto local

Ivonne Reifschneider cuenta que desde muy pequeña su padre y madre la llevaban a subir cerros, panoramas que para ella son experiencias de vida claves para entender el valor de la naturaleza. “Evidentemente tienes que cuidar el territorio, pero también tienes que permitir que los niños más chicos tengan esa experiencia de vida de estar en el bosque. (…) Si analizas, Chile entero de norte a sur tiene todo ese potencial. Hay islas maravillosas como Juan Fernández o Rapa Nui, pero casi no las vemos o hay que ir a Europa para que alguien nos hable de ellas. Entonces, por eso tenemos que valorarnos más como chilenos. A mí me ha tocado escuchar este desarraigo por lo nuestro, pero ves gente que viene de afuera y ama lo que hay aquí y ama también a su gente y ve todas las cosas buenas o malas. En cambio aquí no existe esa percepción, todo es malo”, afirma Ivonne. 

Sin embargo, ella dice que igual es optimista. “Las mayores dificultades han tenido que ver con mostrar la importancia de estos ecosistemas, que inicialmente nadie la veía, porque se percibía como un bosque oscuro, húmedo y sin ningún valor. Pero solo se miraba desde una visión forestal, que para los inicios de la reserva tenía poco valor. No obstante, poco a poco se ha ido poniendo valor en la importancia de este bosque y, en general, en todo el patrimonio local”. En ese sentido, agrega que “me ha tocado encontrar mucha gente profunda, buena e interesada en las cosas que tienen que ver con sus raíces, más de lo que uno se imagina. Por supuesto que hay personas que están en contra de todo y que te van a atacar, pero son las pocas”, finaliza.

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