¿Cómo escuchar -pero de verdad escuchar- a alguien con quien no estás de acuerdo?

por | Oct 19, 2020 | El Valor de Vincularse

Escuchar puede no ser la parte más emocionante de una conversación. Pero es absolutamente esencial si quieres tener un intercambio significativo con otra persona. Piensa en la última vez que sentiste que alguien te malinterpretó. ¿Cómo reaccionaste? ¿Te defendiste, intentaste corregir al otro o simplemente perdiste interés y desviaste la conversación?

Sea cual haya sido tu respuesta, lo más probable es que haya sido un momento de incomodidad para ti. Ahora, imagina todo lo contrario. Piensa en cómo nos sentimos cuando somos comprendidos –cuando te puedes relajar, te quieres abrir, estás dispuesto a confiar. Suena ideal, ¿cierto? 

Cuando escuchas de manera que la otra persona se siente oída -no sólo escuchada, sino realmente tomada en cuenta- esa persona estará más dispuesta a compartir información contigo. Es lo que los psicólogos conocen como ‘Escucha Activa’, una habilidad que puede aprenderse y que genera un enorme impacto en hacer que un diálogo sea productivo.

Además, al escuchar activamente hay más probabilidad de que absorbas y recuerdes mejor la conversación, con más distinciones valiosas para futuros encuentros. Acá te presentamos algunas claves de dicha habilidad.

ESCUCHA CON TU CUERPO (Y PRACTICA EL SILENCIO)

Un elemento clave para lograr mantener un diálogo productivo es la atención no verbal, lo cual significa prestarle tu completa atención a tu interlocutor, sin la necesidad de hablar. ¿No te lo imaginas? Pues comienza manteniendo tu cuerpo abierto hacia la otra persona, relajado pero respetuoso. Si estás sentado, inclínate ligeramente hacia adelante, en lugar de encorvarte hacia atrás. 

Utiliza gestos sencillos para comunicarle que estás escuchando y que deseas que continúe, ya sea asintiendo con la cabeza -sin exagerar- o con un ocasional “Mm-hmm” -de nuevo, no exageres-. El contacto visual también es importante, siempre y cuando sea moderado. Mira a tu interlocutor, pero no como si fuera una competencia de no pestañear. 

Permanecer en silencio es la clave final. Recuerda: no puedes escuchar bien si estás hablando. De hecho, si reorganizas las letras de la palabra ‘escuchar’ en inglés (listen) puedes deletrear ‘silencio’ (silent). ¡Útil recordatorio! Ofrecer a alguien un tiempo ininterrumpido para hablar, incluso unos minutos, es un regalo generoso que rara vez nos damos unos a otros. No significa que tengas que mantener la boca cerrada durante horas y horas, pero te invitamos a descubrir cuánto tiempo puedes simplemente escuchar a alguien, sin sentir la necesidad de interrumpir.

Algunas personas sienten que la parte más difícil de escuchar es no hablar. Hay una profunda humildad en escuchar, ya que el enfoque está más en comprender a la otra persona que en decir todo lo que se te viene a la mente. Deseas comprender y ayudar al hablante a sentirse comprendido, por lo que reservas tu discurso para acercarlo al máximo a esos objetivos. Se trata de escuhar para entender y no para responder.

REFLEJA LO QUE OYES

Reflejar significa repetir o reformular el contenido o el significado clave de lo que la otra persona está hablando, de manera que dejes en claro que escuchaste lo que dijo. Así, le confirmas que efectivamente comprendes lo que está intentando decir. O, si está un poco desviado, le das la oportunidad de corregirlo – esto puede ser útil si, en realidad, no entendiste bien lo que estaban diciendo.

“¿No será extraño simplemente repetir lo que está diciendo?”, puedes estar preguntándote. O, “Acaba de decirlo. ¿De qué le va a servir que se lo repita?”. Reflejar normalmente se siente más incómodo para la persona que lo hace -tú- que para la persona que lo escucha. Lo que sabemos, respaldado por una investigación considerable, es que a las personas les gusta que sus pensamientos y sentimientos se reflejen de vuelta en ellos.

Desde luego, no los repitas palabra por palabra. Utiliza menos palabras y resume en lugar de transcribir: obtén la clave de lo que están diciendo y dilo brevemente para no interrumpir el flujo. Concéntrate en algo que le parezca significativo a la otra persona; saca una idea que llegue al corazón de lo que están diciendo. Puedes comenzar tu reflejo con “Entonces crees que…”, “Estás diciendo que…” o “Suena como si…”. 

El papel fundamental del reflejo es ayudar a las personas a sentirse escuchadas y asegurarse de que tú las estés comprendiendo. Es más importante estar presente que demostrar lo brillante que eres.

PREGUNTA CON RESPONSABILIDAD

A medida que escuches, se te ocurrirán preguntas de las cuales querrás respuestas inmediatas. Sin embargo, hacer una pregunta podría interrumpir lo que la otra persona está pensando, cambiar el foco a ti mismo, interferir con la conexión entre ambos y descarrilar la conversación.

Siempre presta atención y reflexiona antes de hacer una pregunta. Comprender a la otra persona y ayudarla a sentirse comprendida proporciona una base sólida antes de hacer una pregunta. Si no le has logrado transmitir que realmente estabas escuchando, es posible que la otra persona no esté dispuesta a abrirse en su respuesta. 

Quizás sientas que hacer muchas preguntas comunica mejor tu interés por la otra persona. Y quizás sea cierto, pero si estás atento y reflexionas antes, una pregunta dice “estoy interesado en lo que acabas de decir” en lugar de “quiero una respuesta a lo que pregunté”. 

Cuando haces una pregunta para promover el diálogo, es más eficaz utilizar preguntas abiertas, aquellas que no se pueden responder con un monosílabo «sí» o un «no». Las preguntas abiertas promueven la elaboración y la exploración. Sin embargo, al igual que con el reflejo, conviene que las preguntas sean sencillas. Resiste la tentación de guiar o impresionar a la otra persona con tu pregunta excepcionalmente astuta.

Una de las formas más concisas y eficientes para hacer preguntas es simplemente repetir una palabra clave con una entonación ascendente. Si, por ejemplo, alguien dice: «Siento que el mundo es tan peligroso», puedes decir simplemente «¿Peligroso?». Al usar la entonación ascendente, la palabra se convierte en una pregunta que dice: «Cuéntame más sobre lo peligroso». 

Es importante mantenerse neutral tanto en tono como en contenido. El juicio y la opinión tienen un tono alto y claro. Decir: «¿Eso es lo que decidiste hacer para tus vacaciones?» es más polémico que «Cuéntame cómo decidiste hacer eso para tus vacaciones» (que es una afirmación que en realidad es una pregunta). También es importante pensar en cuándo hacer tu pregunta. No interrumpas a la otra persona solo para hacerla.

La última cosa para tener en cuenta sobre la atención, el reflejo y las preguntas abiertas es que estas herramientas están destinadas a ayudar a promover la comprensión mediante el desarrollo de una mayor conexión –la conexión es lo más importante.

Por lo tanto, si las herramientas no funcionan en una determinada situación o si puedes tener una conexión sin las herramientas, no las fuerces. Dicho esto, tampoco las subestimes: están respaldadas por la investigación de expertos y la experiencia, y pueden ayudarte a navegar las aguas desafiantes e impredecibles del diálogo con los demás.

Por Equipo Espacio Mutuo

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