Las comunidades más unidas tienen menos tasas de infección (y menos muertes) por COVID-19: “All you need is Love”

por | Abr 4, 2021 | El Valor de Vincularse

En Chile, a pesar de la rápida vacunación de la población, el coronavirus está lejos de ser controlado. A un año del inicio de la pandemia, las cifras de contagios están más altas que nunca -más de 8.000 nuevos diagnósticos diarios- y los servicios de salud temen su inminente saturación. 

Y, sin embargo, los efectos del COVID-19 no son iguales en todo el país: algunas comunidades están llevándolo mejor que otras, tanto en la propagación del virus como en el número de fallecidos. Las explicaciones son varias –la densidad de la población, la capacidad de los centros de salud y el liderazgo encargado de promover el uso de mascarillas y distanciamiento social

Y sí, todos esos factores pueden hacer la diferencia. Pero un nuevo estudio señala un insospechado recurso que las comunidades tienen para combatir al virus: el capital social; es decir, la red de relaciones que dan forma a una comunidad. 

¿EL PODER DEL AMOR?

De acuerdo con la investigación, las localidades en las cuales las personas confían más en los otros, además de sentirse conectadas y preocupadas por el resto, tienen menos índices de infección y muertes de COVID-19 que el promedio. 

Para el estudio, los investigadores Christos Makridis del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Estados Unidos, y Cary Wu de la Universidad de York en Toronto, Canadá, compararon más de 2.700 condados repartidos por los Estados Unidos, que representan una variedad de comunidades con diferentes características. Sus datos sobre las tasas de infección y muerte provienen de un informe publicado por la Universidad Johns Hopkins que rastrea el virus.

Para el capital social, analizaron datos recopilados por 2 grandes encuestas acerca de aquellos elementos considerados esenciales para la vida social, como estructuras familiares estables, confianza en las instituciones sociales y el número de personas que votan, que se ofrecen como voluntarios, que ayudan a sus vecinos y más. Por supuesto, también observaron información demográfica básica, como la composición racial de la comunidad, su edad promedio, el nivel de educación y los ingresos, y si es rural o urbano; todos factores que podrían influir en los análisis.

¿El resultado? Los científicos encontraron que las comunidades con mayor capital social tenían tasas más bajas de infección y muerte por el virus. Más específicamente, las comunidades en el 25% superior de capital social tuvieron casi un 18% menos de casos de COVID-19 y un 5.3% menos de muertes por COVID-19 por cada 100.000 habitantes que los del 25% inferior.

LA CONFIANZA DISMINUYE EL RIESGO

Makridis lo explica de manera sencilla: “Las personas que se respetan y confían más entre sí probablemente mantendrán una mejor higiene y no tomarán riesgos innecesarios”, dice. “Aunque quizás no sea demasiado sorprendente, es importante destacar el punto de manera cuantitativa para que no haya duda”.

Pero los estudios no quedaron tan sólo ahí. Adicionalmente, descubrieron que en las comunidades de bajos ingresos el capital social parecía ser más importante para prevenir la propagación viral que en las comunidades prósperas, posiblemente porque las comunidades más ricas tienen mejor atención médica, suministros de alimentos más saludables y más personas capaces de trabajar desde casa; es decir, “toda la protección que podrías llegar a necesitar durante una pandemia”, señala Makridis.

Las áreas más densamente pobladas también parecían necesitar más capital social para combatir el virus que las áreas menos densamente pobladas, lo que significa que cuidar a los demás también es importante allí. “Cuanto más las normas y la confianza fomenten el comportamiento inteligente, y cuanto más amables y cariñosos puedan ser las personas de una comunidad, más podrán mitigar la transmisión del virus sin recursos adicionales, a pesar del hacinamiento”, dice.

EL DETALLE SOCIAL

Para no dejar ninguna pregunta sin responder, Makridis y Wu incluso consideraron qué aspectos del capital social eran los más importantes al momento de combatir cara a cara contra el COVID-19. Dividieron sus elementos en categorías: 

1. Unidad familiar: qué tan estables son los lazos familiares. 

2. Salud Comunitaria: la salud y la atención médica disponible en una comunidad. 

3. Salud Institucional: cuánto confían las personas en las instituciones y participan en cosas como la votación o el censo. 

4. Eficacia Colectiva: cuánto se ayudan las personas, se ofrecen como voluntarios, participan en actividades comunitarias, etc.

Si bien la salud de la comunidad estuvo fuertemente relacionada con un impacto reducido del virus, al igual que la unidad familiar, el segundo factor más importante fue la eficacia colectiva: la capacidad de una comunidad para unirse en una causa común.

“Obviamente, la salud de la comunidad será importante en una pandemia –si una comunidad realmente no tiene una buena infraestructura de salud pública, no hay mucho que pueda hacer para evitar la propagación del virus y muertes adicionales”, dice Makridis. “Pero las normas y la confianza también son un pegamento importante durante las crisis”. 

LA PROTECCIÓN DEL FUTURO

Lo que toda esta nueva información nos enseña es que las comunidades deberían capitalizar sus conexiones socialespero, claro… no es algo fácil de lograr durante el aislamiento de las cuarentenas. 

Si bien refugiarse en un lugar puede resultar eficaz para frenar la propagación del virus, a los expertos les preocupan sus consecuencias no deseadas en el bienestar social y económico de una comunidad a largo plazo. Por ejemplo, Makridis señala cómo el encierro ha afectado el mercado de cuidado infantil en muchos lugares, lo que será perjudicial para las familias cuando la economía se reabra.

En su opinión, los líderes cívicos deberían pensar de manera más amplia sobre el impacto de las políticas creadas para luchar contra la pandemia. Preservar el capital social es importante porque puede ayudar a la respuesta de una comunidad frente al virus: “Debido al papel que juega el capital social, se puede movilizar apoyo y acciones a nivel local, incluso si no está sucediendo a nivel nacional”, dice.

Y no es la primera persona en decirlo: existe un creciente cuerpo de estudios que demuestra que el capital social ayuda a las comunidades a prevenir y recuperarse de desastres –incluidas otras epidemias, como el brote del ébola.

Desafortunadamente, las divisiones políticas han sido un gran obstáculo para la construcción de capital social y, por lo tanto, para superar la pandemia. Según Makridis, si pudiéramos escucharnos los unos a los otros sin rencor y comenzar desde un lugar de cuidado mutuo estaríamos mucho más avanzados en esta lucha: “Puede parecer realmente simple y de sentido común, pero vale la pena repetirlo –si se aman, ese es el punto de partida”, concluye. 

La pandemia le da todo un nuevo sentido a “amarás a tu prójimo”, ¿no? Pues la cuarentena no es excusa: descubre cómo puedes ayudar en tu comunidad cada día, sin la necesidad de exponerte al virus.

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